Esto probablemente ya lo sabes, pero una de mis más recientes preocupaciones es el cómo trabajar cuando se está incapacitado.
Si me sigues en mis redes sociales o has visto mis Periscopes, sabrás que hace varios meses que estoy lidiando con problemas de salud, que me ocasionan dolor físico incapacitante.
Circunstancia frustrante cuando uno tiene ideas y cosas que quiere hacer y no se puede (o no se puede en la velocidad que uno quiere) porque el cuerpo no lo permite.
Como lo dije en mi último #ScopeEsencial, aquí claramente hay cosas que yo debo aprender de mi misma y de cómo manejar mis pendientes cuando algo que no puedo controlar se interpone en mi camino.
Así que así, de la manera más transparente, te cuento que estoy pasando por un momento difícil por todo lo que quiero hacer con Esencialista y que no puedo adelantar.
Pero… si ya me conoces un poco sabrás que uno de mis lemas es: “Ok, ¿qué acción puedo tomar?”
Empleado, emprendedor o independiente
Hagamos una salvedad antes de entrar en materia: Si trabajas para una organización y estás incapacitado, anda, disfruta de tu incapacidad, mejórate, recupérate sin culpa. La organización tiene que soportarte en este proceso.
Si trabajas en una organización, pero tienes algo muy importante que nadie más puede hacer y que sientes una gran responsabilidad y tu incapacidad te permite trabajarlo, sigue leyendo, que estos consejos te pueden servir.
Si eres un emprendedor o trabajas independientemente como freelance, esta miniLección es para ti, porque quienes nos dedicamos a nuestro propio proyecto personal, somos lo que más nos criticamos.
¿Cómo trabajar cuando se está incapacitado?
Es mi pregunta más importante de los últimos meses. Es muy fácil entrar en “modo queja”, o en “modo rabia” o en “modo mal humor”.
¿Cómo no dejarte apabullar, cuando no solo estás lidiando con una dolencia física, sino con la auto-crítica de saber que no avanzas en tus proyectos?
¿Qué es lo que tu cuerpo te está tratando de decir sobre ti mismo, sobre tu trabajo, sobre tu propósito?
¿Cómo sacar energías de donde no las hay y cómo mantener una actitud que te empuje hacia adelante, en lugar de aplastarte cada vez más?
¿Cómo reconocerte a ti mismo en una situación que puede ser nueva y que te hace sentir completamente impotente?
Para serte sincera, no sé la respuesta.
Para serte sincera, es la primera vez que me enfrento a algo como esto.
Y se ponen a prueba todos mis conocimientos reunidos durante todos estos años, sobre la efectividad personal, sobre cómo crear esa vida que deseas vivir, sobre cómo transformarte y seguir progresando.
¿Qué acción puedo tomar ahora?
Es momento de buscar en mi caja de herramientas y mirar qué puedo usar en esta situación.
En primer lugar, cuando se está abrumado, cuando uno se siente inmovilizado por los pendientes, por las circunstancias, por el bombardeo constante de cosas que llegan, lo importante es no dejarse paralizar.
Conscientemente hacerse la pregunta: ¿Qué acción puedo tomar ahora mismo?
¿Qué recursos tengo a mi disposición en este momento, que me ayuden a seguir adelante y no quedarme estancado?
Bueno, pues en eso estoy ahora. Y quiero compartir contigo las cuatro estrategias que estoy usando en este momento para seguir avanzando (así no sea al paso que quisiera).
Consejo 1: Ignora tu mente
Jajaja, sí, ya sé que suena raro, pero déjame te explico: Nuestra mente es una excelente herramienta para procesar el mundo, para usar el lenguaje y para mil cosas más.
Pero es como si fuera un computador que tiene un pequeño virus. Y este virus ocasiona que con frecuencia salga un letrero con un comentario negativo.
“Eres una débil, si fueras más organizada lograrías más cosas”.
“Eres una inmadura, a quién se le ocurre sufrir porque no puede trabajar”.
“Eres una bruta, otra persona ya habría podido resolver esto”.
“Muy bonito, ahora te inventaste una enfermedad para no hacer lo que tienes qué hacer”.
Y entonces tienes dos opciones: O te pones a pelear con el letrero y a creerle y a discutir… o lo ignoras y sigues con tu trabajo. Al rato vuelve y te sale el letrero… y entonces, ¿qué opción vas a elegir?
Esta característica negativa de la mente es normal y nos ocurre a todos… pero podemos entrenarnos para no prestar atención de los mensajes perjudiciales que ella nos vomita a veces.
No son reales, para empezar. No tienes por qué creerles. Tu mente no eres tú. Tus pensamientos no son tú.
Y por otro lado, esos pensamientos perjudiciales te sacan del momento presente y te alejan de la pregunta “¿qué acción puedo tomar ahora?” Están ahí para distraerte.
Enfócate y decide qué acción sí puedes tomar ahora.
Consejo 2: Decide tu TMI
No, no es too much information (demasiada información, en inglés). TMI = tarea más importante.
Esto ya lo he mencionado antes, lo vemos en el Seminario Web y es un consejo que siempre estoy recordándote:
¿Cuál es una tarea, la más importante que debes realizar hoy, que te avanza en ese proyecto que es el de mayor impacto en este momento?
¿Te es posible realizarla en una o dos horas y descansar el resto del día?
Generalmente recomiendo un máximo de tres tareas importantes al día, cuando estás en tu total capacidad.
Pero en este momento de enfermedad, es suficiente con pensar en una única tarea que puedas completar en máximo un par de horas, que te ayudaría a avanzar ese proyecto importante.
Consejo 3: Descansos constantes
Incluso si solo vas a hacer una tarea hoy, es necesario tomarlo con calma y darte un breve descanso cada 20 minutos a media hora. Esto es clave si se quiere trabajar cuando se está incapacitado.
Claro, esto va a hacer que te tome mucho tiempo hacer algo que normalmente se podría completar más rápido; pero la idea es terminarlo en el día de hoy, así sea necesario interrumpir el trabajo constantemente.
En estos pequeños descansos da una caminata rápida, haz estiramientos, realiza una serie corta de sentadillas o lagartijas… algo que cambie físicamente tu ritmo.
No te exijas más de lo necesario.
Consejo 4: Recarga tu energía
Este fue uno de los tips que di en mi último Periscope, y es realizar actividades que recarguen tu energía.
Si de algo ha de servir una incapacidad, es para recordarnos de rituales de auto-cuidado que son indispensables para el buen funcionamiento no solo de tu cuerpo, sino de tu mente, tu corazón y tu espíritu.
¿Qué cosas te sacan una sonrisa?
¿Qué cosas hacen que se te quiera salir el corazón del pecho?
¿Qué cosas te relajan, te dan un sentimiento de unión o de asombro?
¿Qué cosas hacen que te sientas como nuevo?
Aquí la lista es larga y personal: Comer saludable (comer a horas), hacer yoga, contemplar un atardecer, una caminata en la naturaleza, meditar, reconectarte con un amigo, leer algo reconfortante o interesante, jugar con tu perro, tomar una siesta…
Lo que sea que te reconecta contigo mismo y te da una sensación de bienestar y de energía revitalizada.
Lo que yo estoy haciendo
Bueno, yo ciertamente estoy poniendo en práctica estos cuatro consejos, mientras me recupero y puedo volver a mi ritmo normal.
Obviamente no quiero asumir que estos consejos le sirven a todo el mundo y sé que diferentes enfermedades o condiciones físicas van realmente a limitar lo que puedes hacer. No pretendo generalizar.
Tú debes decidir qué es lo correcto para ti y hasta dónde te da tu incapacidad.
A veces la única opción es no hacer nada y darle espacio a nuestro cuerpo para sanar, a su ritmo Pero si tienes un poco de energía y quieres seguir avanzando identifica cuál de estos consejos puedes aplicar.
Tengo la intuición de que lo que mi cuerpo me está tratando de decir, es que no he sido lo suficientemente constante con mis rituales de auto-cuidado, cosa que es irónica porque le digo a mis estudiantes que el autocuidado es una tarea laboral
Es decir, es indispensable cuidar de uno mismo y su cuerpo, porque el cuerpo es el vehículo que tenemos para crear nuestro impacto en el mundo. Sin el cuerpo es más difícil lograr lo que nos proponemos. Parece que yo misma debo tomar una cucharada de mi propia medicina. (O… yo podría estar equivocada 😉
Por ahora estoy:
- Trabajando en tandas de 20 minutos, con otros 10 a 20 minutos de descanso.
- Intercalando actividades físicas diferentes al ejercicio, como oficios en la casa y caminatas cortas.
- Estoy implementando sesiones cortas de ejercicio físico (de entre 15 a 20 minutos) al menos tres veces por semana.
- Estoy siendo constante con la meditación diaria.
- Estoy vigilando mi alimentación y educándome más al respecto.
- Estoy yendo a terapia física bajo control médico.
- Estoy tomando algunos suplementos naturales para la relajación muscular.
- Estoy “llevándola suave” y evitando los “golpes de pecho”.
Entonces…
¿Por qué esperar a estar enfermos para poner estos cuatro consejos en práctica?
Son perfectamente posibles, saludables y productivos mientras estés sano y produciendo a diario. Así que incluso si no estás en una incapacidad, impleméntalos y cuéntame tus resultados.
Probablemente puedas hacer tres TMI en lugar de uno y probablemente puedas tener trabajo enfocado por más de 20 minutos antes de tomar un descanso.
A eso deberíamos apuntarle.
Ahora es tu turno
Ve a los comentarios y cuéntamos: ¿Cuál es la idea principal que te queda de esta miniLección? Y ¿Cuál es una actividad que te revitaliza y que estás comprometido a comenzar a implementar desde esta semana?
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4 consejos para trabajar cuando se está incapacitado @SerEsencialista
Enfócate y decide qué acción sí puedes tomar ahora @SerEsencialista.
Si de algo ha de servir una incapacidad, es para recordarnos de rituales de auto-cuidado que son indispensables para el buen funcionamiento no solo de tu cuerpo, sino de tu mente, tu corazón y tu espíritu.
A veces la única opción es no hacer nada y darle espacio a nuestro cuerpo para sanar, a su ritmo @SerEsencialista
El autocuidado es una tarea laboral