A mí me pasa… y algo me dice que quizás a ti también. A ver… hablemos con honestidad… ¿Sientes culpa por descansar?
Eran las 8 de la noche y estaba exhausta.
Pensé: “Uff, me quiero acostar ¡ya!”
Y luego pensé: “Pero es que está temprano y aún puedo organizar esos recibos, puedo recoger ese desorden, puedo lavar la loza, puedo incluso imprimir esas órdenes de exámenes médicos de mis papás…”
Y me debatía entre todas esas tareas pendientes versus descansar.
Simplemente parar y no hacer nada.
“Es que si me esfuerzo un poco, puedo lograr varias cosas que están pendientes. Debería esforzarme. Seguro si me recuesto a leer o ver televisión o me voy a la cama ya, mi esposo dirá que no estoy haciendo lo suficiente.”
Y entonces reconocí este patrón que he visto en muchas de mis estudiantes: La culpa.
Es como que descansar es para otra gente.
Lo vi más claramente esta semana porque estoy leyendo el último libro de María José Flaqué (fundadora de Mujer Holística) “Yo Amo el Dinero y el Dinero me Ama a mí”.
En él ella dice:
“… es fundamental que descanses, tanto en el plano energético como físico, para que puedas integrar los poderosos cambios que estás haciendo. Si no descansas, la información se quedará atrapada en un campo muy mental y será más difícil que transforme tu realidad física. Asocia el descanso con expansión; visualiza que, cuando descansas, tu campo energético está procesando la información y llevándote a una nueva realidad económica.”
He hablado antes de cómo el dinero y el tiempo tienen muchas cosas en común en cuanto a cómo nos relacionamos con ellos.
Por ello quise explorar el trabajo energético con el tema del dinero, así como lo exploro constantemente con el tema del tiempo.
La mayor diferencia que encuentro entre los dos es que siempre puedes generar más dinero.
¿El tiempo? El tiempo se fue… y no se puede recuperar.
Pero debo confesarte que no sabía que también aplicara para el dinero y que me sorprendió que ese párrafo apareciera en un libro sobre la relación con el dinero.
¿Por qué?
Porque a pesar de saber (intelectualmente al menos) que descansar es indispensable y a pesar de que es algo en lo que me enfoco con vehemencia con mis estudiantes de mentoría uno a uno, al parecer yo misma no había caído en cuenta de cuánto la falta de descanso afecta no solo el manejo del tiempo, sino otras áreas de la vida.
No había asociado que el descanso afecta también nuestra relación con el tiempo.
Wow…
La mente siempre quiere seguir haciendo.
Seguir produciendo.
Completar una tarea más.
Nos apegamos a la idea de lo que es una persona “valiosa, productiva, exitosa”.
Ignoramos que esa imperiosa necesidad de seguir produciendo en realidad nos corta las alas, se lleva nuestra energía, nos amarga la vida, nos abruma y no nos permite lograr los resultados que queremos.
Este fue un gran AJÁ que tuve esta semana y quería compartírtelo y preguntarte:
• ¿Te pasa igual?
• ¿Te sientes culpable cuando descansas?
• ¿Repasas mentalmente la lista de tareas pendientes mientras tratas de descansar?
• ¿Te preocupa lo que dirán otras personas de tu familia si tomas un espacio para ti?
Ve a los comentarios y ¡cuéntamelo todo! Quiero conocer tu experiencia.
Y ¿sabes cuál es una forma de bajarle a sentir culpa por descansar?
Programar el descanso.
Suena contradictorio… pero muchos de nosotros tenemos que planear el descanso para que, de hecho, suceda, para que sea más intencional y menos culposo y para defenderlo y encontramos resistencia de colegas o familiares.
Por eso quiero recordarte que aún estás a tiempo de comprar tu Planeador Esencialista, el que tiene varias herramientas para que tu descanso no sea “para cuando quede tiempo”.
Deseo que descanses esta semana.
¡Un abrazo!
Y si te inspiró a descansar, compártelo usando estos botones ⤵︎