No tengo tiempo.
Vamos… no te hagas… todos lo hemos dicho, ¿o no?
No, es que en serio no tengo tiempo.
Sí, es lo primero que se nos ocurre decir. Es más, lo decimos con tanta frecuencia, que es parte de la vida diaria, del normal de un día.
Pero, a ver… Sincérate conmigo y dime si no has dicho cosas como:
Agh, es que no me alcanza el tiempo.
Mi tiempo nunca es suficiente.
Necesito un día de 36 horas.
Se me fue el día y no sé a dónde, porque no logré nada.
Y esta otra perla: Estoy aquí, matando el tiempo.
Tratamos al tiempo como si fuera un enemigo
Siempre estamos hablando mal del pobre tiempo. Diciendo lo ingrato que es, lo poco que nos da, cómo nos saca de quicio y cómo nos esclaviza.
¿Cuándo fue la última vez que dijiste algo bueno del tiempo? ¿Te has puesto a pensar en eso?
Pero hablar mal del tiempo es solo un mal hábito. Igual que hablar mal de una persona, se nos sale antes de que podamos detenernos.
Está tan embebido en nuestro diario vivir, que nos parece una realidad irrefutable. Pero… los malos hábitos se pueden eliminar.
Cómo eliminar el síndrome del “no tengo tiempo”
Bueno, estamos en el sitio de la administración consciente del tiempo. Y es intencional que le llame “consciente”.
La mayoría de los procesos de transformación inician con una revelación, algo que hizo que cayeras en cuenta de algo que debes cambiar.
Es como si te quitaran una venda de los ojos y de repente puedes ver claramente lo que antes estaba oculto.
Nos pasa a todos. En algún momento sucedió algo que te “despertó” y te hizo cuestionarte de si tu actuar era como querías que fuera tu vida.
¿Es que tú no tienes familia?
Como lo cuento en la sección Carolina de este sitio, a mi me sucedió cuando una vez un jefe me sentó en su oficina y me preguntó: “¿Carolina, es que tú no tienes familia?”
Y yo me quedé… perpleja por un momento.
Estaba tan metida en el día a día, en el corre corre, en sacar todos mis pendientes a tiempo, en no quedar mal con nadie, que ni siquiera era consciente de que había perdido mi vida.
Trabajaba de 12 a 14 horas diarias, incluyendo fines de semana y a veces festivos.
Obviamente llegaba a casa a dormir y tratar de recuperarme. ¿Quién tiene tiempo para la familia?
Pero fue en ese momento que empezó este viaje para mí. Y supongo que si estás aquí leyendo, es porque de alguna manera tú también estás en tu propio viaje.
Así que ya tuviste que haber tenido alguna experiencia que te hizo ver con mayor claridad cómo necesitas ayuda con tu administración del tiempo. Este es el primer paso.
Cómo ser amigo de mi tiempo
El segundo paso es adquirir el hábito de cortar los pensamientos negativos sobre el tiempo.
Un pensamiento que se repite una y otra vez se convierte en una creencia. Y una creencia en realidad.
Todos hemos oído hablar del increíble poder de la mente. Y aquello que repetimos una y otra vez incesantemente (así no lo digamos en voz alta) crea la realidad que vivimos día a día.
¿Cuál es el truco?
El truco es ser más consciente. Poner más atención a tus pensamientos; y cuando venga uno negativo, inmediatamente pronunciar su contrario. Aún mejor si lo dices en voz alta.
Por ejemplo:
Aun cuando sientas que la frase es falsa y que no es tu realidad en este momento, cambia tus palabras y tus pensamientos hacia el contrario positivo.
Yo sé que esto te puede sonar un poco esotérico y raro, pero no pierdes nada con ensayar.
Nota las sensaciones en tu cuerpo cuando deliberadamente cambias tus palabras y las conviertes en frases positivas sobre el tiempo.
Si eres consistente y asumes (y cumples) este compromiso contigo mismo, verás los resultados. Sentirás que como mínimo el peso de tus propios pensamientos disminuye.
Que te mueves con un poco más de tranquilidad y con más paz en tus tareas.
En el mejor de los casos, solo con este cambio de actitud, puedes darle la vuelta a tu realidad por completo y ver cómo —como por arte de magia— sientes que el tiempo se expande un poco más y disfrutas tus actividades.
Esto es algo con lo que yo misma lucho, porque la naturaleza humana tiene una tendencia a llevarnos siempre hacia lo negativo, a ahogarnos en la queja y mantenernos en el mismo lugar.
Pero empezando poco a poco, podemos ver transformaciones en nuestros pensamientos… que luego se convierten en creencias… y que luego se convierten en realidad.
Así que… ¿por qué no intentarlo?
Ahora es tu turno:
Cuéntanos en los comentarios ¿cuál es una expresión que siempre estás diciendo mentalmente y en voz alta sobre lo que pasa con tu tiempo? Y escribe luego su contrario positivo.
Y si te animas, luego escribe cómo te hace sentir este simple ejercicio.
Espero que tengas una increíble semana!
¡Cuéntale a tus amigos!
Un pensamiento que se repite una y otra vez se convierte en una creencia. Y una creencia en realidad.
El truco es ser más consciente. Poner más atención a tus pensamientos; y cuando venga uno negativo, inmediatamente pronunciar su contrario. Aún mejor si lo dices en voz alta.
El día tiene 24 horas. Cualquiera en su sano juicio puede ver que no da para trabajar 9, hacer la compra, descansar, socializar, ver a tu pareja, hacer deporte, enviar currículums, leer el periódico, leer un libro, ir al médico, estudiar, hacer entrevistas de trabajo, voluntariado, ver a la abuela, cuidar a los niños si tienes, quejarte a la compañía telefónica, mirar las cuentas, irte a depilar, cortarte el pelo, hacer entrevistas, sacar al perro, etc y etc y etc. Lo que está mal es cómo está montado el mundo y lo que nos meten en la cabeza…
Gracias por tu apreciación!
Quiero agradecer ya que este artículo no sólo me ayudó a darme cuenta de mis pensamientos negativos sobre el tiempo, si no también sobre mis pensamientos negativos en general… Por poner algunos ejemplos “es muy difícil, no voy a poder, tardare mucho tiempo en hacerlo” etc y me di cuenta que pierdo más tiempo pensando negativamente sobre mis deberes que en realidad el tiempo que implica la tarea.
Date unas palmaditas en la espalda, Cristy! Poder alcanzar este nivel de consciencia en el que “te das cuenta” de tus patrones negativos es realmente una bendición. Síguela cultivando!
Hola 🙂
Me agrada tu artículo.. yo creo que lo más importante es la actitud de que “yo puedo”.
Tengo 3 hijas..
una de 7 años y unas gemelas de 6 meses,
y cosas que hacer en la casa y aún así dedico tiempo para mí y a trabajar desde casa.
A mí se me iba el tiempo pensando en todo lo que tenía que hacer,
la solución fue actuar en vez de pensar.
Saludos 😉
Excelente tip, Beatriz! 🙌🏼
Hola Carolina me llamo Alejandro. Hace muchos años logré erradicar la frase “no tengo tiempo” de mi vocabulario, aunque es mucho mas que eso. Tener tiempo se debe convertir en una actitud. Veo con tristeza como la gente en especial consume tiempo excesivo tratando de hacer un trabajo perfecto, dejando de lado familia y amigos por escalar y lograr mejores sueldos. Lamentablemente mucha gente se dará cuenta tarde, que lo que usó para obtener mas dinero y mas bienes, fue el bien mas preciado (un recurso no renovable) que tenemos en esta vida: Nuestro tiempo. No se si a alguien le puede servir mi consejo, pero recomiendo hacer el siguiente ejercicio: Cuando tengas un día libre en casa, dedícate a despejar cada closet, estante, cajón, bodega y junta todo aquello que ha estado guardado allí por mucho tiempo y que inclusive has olvidado que lo tenías y cuantifica el valor que aproximado pagaste por ello, agrega a esto todo lo que recuerdes que hayas eliminado o tirado a la basura por que compraste algo mejor (el mejor ejemplo es un celular por una versión mas nueva, o una prenda que paso de moda) no tienes que remontarte a mucho tiempo con un año basta, adiciona un X% por todo alimento que tiraste por que no consumiste y se dañó. NO tienes que calcular un valor exacto, es solo un ejercicio para que te descuenta de cuanto del dinero que luchaste por ganar se va a la basura, y lo peor, que fue tiempo que restaste y que no recuperarás, para estar con quienes quieres o para hacer algo que querías (viajar o simplemente leer un libro). Piensa ahora que no puedes agarrar todo ese dinero, e ir al supermercado o a ningún lugar y comprar “tiempo”.
En mi caso personal, desde que hice ese ejercicio, comencé a restarle importancia o dar menos prioridad a mi trabajo y mas a mis seres queridos y a mi mismo. Estoy seguro que mis hijos agradecen mas ese tiempo adicional que lo que lo hará cualquier jefe o empresa donde trabaje, que no dudará en reemplazarme cuando tenga la necesidad de hacerlo o cuando ya esté demasiado viejo. Les dejo un cordial saludo
Una excelente reflexión, ALejandro! Gracias!
Hola, soy un joven de 23 años y mi frase mas favorita es no tengo tiempo para ti, pero en verdad me doy cuenta que no estoy usando el tiempo adecuadamente, para lograr mis objetivos. tengo una agenda muy llena para mi corta edad, pues trabajo diarios de 12 a 11 horas y los días feriados de 5 a 6 horas, y los días que tengo libre no se como invertirlo en algo productivo.
Estoy perdiendo lo mas importante que es el tiempo.
Julio, pues aquí en Esencialista hay contenido y recursos para ayudar a organizar tus pendientes y tu vida. ¡Aprovéchalos! Explora la página y si tienes cualquier pregunta específica la puedes hacer aquí o a través del menú “Contacto”. ¡Bienvenido!
Mi frase es “no hice nada en todo el día” y la versión positiva sería ¿”hoy logré hacer las cosas importantes que me propuse”?, Ahora nada más repitiendo las frases que tú propones me sentí un poco más tranquila, voy a ponerlo en práctica, gracias por tus consejos.
Me encanta, Ángela! Espero que los uses consistentemente!
Siempre digo textual “no tengo tiempo”, y me estreso con todo lo que hay que hacer especialmente en la casa. Ahora diré, “tengo tiempo para hacer lo más importante”. Se siente mejor verlo desde ese punto de vista.
Yo sí creo en el poder de la mente, es impresionante lo que puedes lograr.
Josceline, me hace muy feliz que hayas tenido este cambio de mentalidad! Dices algo muy importante: “Se siente mejor…”… esto es clave porque el cómo te sientes es una excelente brújula de tu intuición. Felicidades!
Excelentes tips que pondré en práctica.
Aveces es más fácil pensar lo negativo por comodidad y pereza, enfrentar esto con pensamientos positivos estoy seguro me servirá para lograr que las cosas se den.
Estoy completamente de acuerdo que la mente lo puede todo.
Saludos.
Gracias por tu comentario, Alejandro! Mucha de nuestra realidad es afectada por nuestra mente y se nos olvida que tenemos control sobre ella. Todo es cuestión de práctica y compromiso.
Hola Carolina. Me siento tan identificada con este artículo porque yo soy de esas personas que siempre se quejan de no tener tiempo, cuando en realidad, lo que no tengo es la capacidad de administrarlo de manera “consciente” como mencionas.
Y es que siempre que lo intento fallo por equis razón, y en eso se queda, en la intención, nunca he ido más allá. Pero de cierta forma tu artículo me ha animado a intentarlo una vez más, esta vez considerando el factor que mencionas, el de cambiar los pensamientos. Honestamente siempre he dudado del “poder de la mente”, quizás porque no lo he intentado suficiente, pero pondré en práctica el ejercicio que compartes. He guardado la imagen de la tabla que propones para imprimirla y ponerla en un lugar visible de mi oficina para tenerla presente siempre 🙂
¡Saludos!
Emme, me encanta tu comentario! Aun si el “poder de la mente” está en duda… qué ganamos con llenarnos de pensamientos negativos todo el día? Por simple lógica esto no es beneficioso. Ahora… Yo sí de primera mano te puedo decir que en mi experiencia el diálogo que tenemos constantemente en la cabeza (y al que le creemos como si fuera verdad) no es más una forma de auto sabotearnos y auto ponernos trabas —tal vez por miedo— a vivir la vida que realmente queremos vivir y a ser tan grandes como podemos ser. Controlar tus pensamientos es un paso importante y súper útil para ir hacia donde queremos ir, hacia una vida más feliz y más plena. Tus pensamientos son son tú. Son simplemente un disco rayado, del cual tenemos total control. Me hace feliz que estés dispuesta a hacer el experimento, y te invito a que vuelvas y nos cuentes cómo te va con eso de cambiar tus pensamientos. Créeme… es súper poderoso! Un abrazo.