Hay algo que tal vez no hayas considerado… una idea tan revolucionaria y subersiva que puede traer el rechazo y la crítica de los que te rodean: No todo hay que hacerlo. Es posible dejar de hacer cosas.
“No, no, Caro… tú no entiendes. Es que yo de verdad sí tengo que hacerlo todo”, me dicen a veces mis estudiantes. Y los entiendo perfectamente porque yo pensaba igual.
Pero caí en cuenta de una cosa: Muchas veces nos llenamos de tareas por el simple hecho de no tomarnos el trabajo de evaluar si realmente deben estar en la lista de tareas.
Dicho de otra forma: La lista de tareas está a reventar porque no nos hemos tomado unos minutos para examinar si lo que está ahí sí debería estar ahí. No hemos hecho consciencia, no hemos parado a reflexionar si contiene ítems/tareas/cosas que hay que dejar de hacer.
Quizás sea un reporte que si no se hace, no pasa nada. Quizás pasas demasiado tiempo en las redes sociales. Quizás no es necesario que la casa esté como un espejo cada día. Quizás puedes reducir la frecuencia con que revisas tus emails.
Pero claro, lo primero que dice la mente es: “No, Caro, es que ¡yo no tengo tiempo de parar!”.
Pero qué me dirías si el parar y examinar tu lista te representara horas libres en la semana. ¿Lo harías?
Vale, entonces en este video te dejo tres sencillos ejercicios de journaling para examinar qué deberías dejar de hacer en 2021. Busca tu diario más lindo, tus bolígrafos de colores, y realiza los tres ejercicios en orden y con calma.
Tus hallazgos podrían sorprenderte y liberarte valiosas horas semanales, este año.
¿Qué dejar de hacer en 2021?
Aprenderás
– La idea revolucionaria que te llevará a multiplicar tus resultados.
– Dos pensamientos subersivos que debes acoger para tomar el control de tu lista de tareas.
– Tres mini ejercicios de journaling para decidir conscientemente qué dejar de hacer HOY.
Ahora es tu turno
Ve a los comentarios y dime: ¿Cuál es una cosa que dejarás de hacer este 2021?
Recursos mencionados en este video:
Ayúdate con la lista de Quiero/No Quiero, un PDF imprimible al que puedes acceder completamente gratis en la Biblioteca de Imprimibles.
☛ Registro de Hábitos en la Biblioteca de Imprimibles.
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Hola Carolina, me gustó tu perspectiva de pensar en el verbo querer. En mi vida tuve unos años en los que me moví obedeciendo a lo que yo quería. Esa actitud comenzó durante los primeros años de mi adolescencia. Aunque hacer lo que yo quería me dio la oportunidad de sentir la libertad de una persona que tiene autonomía en las decisiones, no evitó que cayera en grandes errores que trajeron como consecuencia la pérdida de oportunidad importantes para progresar hacia una autonomía distinta; la del que es dueño de su destino pero tiene conciencia de que nuestros deseos no siempre encajan en lo que nuestra comunidad espera de nosotros.
Pasados los años, y superados esos errores, decidí hacer una pausa en el querer hacer lo que yo quería. Pasé mas bine a preguntarme casi a diario, qué debía hacer para obtener el éxito en la vida, con las personas que yo quería, y con la comunidad? Pasé de ser una persona “caprichosa” a ser una persona muy sensible a los demás, escuchando y viendo qué motiva las actitudes en otros para que yo me sienta a gusto con ellos e en la situación determinada.
El descubrimiento que hice fue monumental. A los pocos años de haber comenzado a reflexionar, descubrí que la conexión con mi iglesia creaba mejores relaciones con los demás y me hacía sentir mas fuerte y confiado en el éxito. También para mi sorpresa, me di cuenta que debía “amoldarme” a lo que la comunidad o mi entorno esperaba de mi. Esto no fue fácil porque primero tuve que darme cuenta que en el plan divino de la creación, cada uno de nosotros tiene un rol importante en la vida de los demás, pero para que el “director” o “la compañía” nos pague con lo que nos hace felices, pues debemos hacer lo que esta escrito en el libreto.
Y cuál es ese libreto o de dónde los sacas? dirán muchos. la respuesta está en hacer la reflexión por ti mismo de en dónde te encuentras y con quién y cuál es el mejor resultado que sería de esperar de ese entorno en el que estás? Si logras verlo, es decir, si ten tu mente eres capaz de crear la imagen del futuro en el el desenlace de ese entorno es un éxito para ti y para los demás entonces ya reflexionaste y podrás actuar para conseguirlo. Deberás hacer todo lo que esté a tu alcance para lograrlo, a menos de que veas que alguien se opone casi con su vida entera. En ese momento, hay que reflexionar otra vez y ver si es que hay algo de lo que no te habías dado cuenta, alguien que se siente herido o atacado o vejado. Allí habrá que tomar una pausa, ver de nuevo el escenario y crear otro plan en el que el desenlace ya no desemboque en un conflicto. Es como quien dice, hacer un ajuste.
Hoy en día, a 22 años de ese momento en el que dejé de hacer lo que “yo quería”, me encuentro en el lugar donde casi todos mis sueños se están volviendo realidad. Y lo digo no desde el punto de vista de que un día tuve un sueño y ya se está haciendo realidad sino de que cada sueño que he tenido en el transcurso de mi vida se está despejando, como nubes pasajeras, y está dejando ver un panorama de el escenario con el que nunca antes había soñado pero que es casi perfectamente lo que saca lo mejor de mi.
Ojo, ya no hago “lo que yo quiero”, pero, haciendo lo que yo creo es lo conveniente para mi rol estoy logrando vivir una vida de casi de sueño. El ritmo es tal y como tu lo dices, sin prisas pero sin tregua, con el merecido descanso, y con la fe puesta en que Dios espera que sepamos convivir con nuestros semejantes para lograr una paz y un progreso común, en donde la primera persona (tu), sale ganando en todo lo que busca. Y digo en todo porque aunque en cada etapa solo ganamos una meta a costa de otros sacrificios, a la larga, las demás metas van llegando. La razón es simple; tu quieres alcanzar esas metas y tienes derecho a luchar por ello.