Un sábado en la noche mi esposo y yo estábamos en piyama, debajo de las cobijas, viendo una película cuando Olga llamó por teléfono. Nos miramos y luego miramos el reloj: 9:48 PM. No sabíamos que esta noche iniciaría un largo aprendizaje sobre cómo poner límites.
Nuestro primer pensamiento fue “algo pasó”. ¿Quién llama a un colega de trabajo un sábado en la noche?
Hacía dos semanas que mi esposo y Olga se habían convertido en colegas en su nuevo empleo y ella lo había impresionado con su amplia y exitosa trayectoria profesional, sus logros, sus estudios y hasta su hermosa familia y nieto.
Claramente algo había pasado. Él saltó de la cama para contestar el teléfono en su escritorio. 45 minutos después volvió a la cama. Cuando le pregunté qué había pasado, me dijo que nada, que Olga quería confirmar unos datos para una reunión que tendrían el lunes siguiente.
“¿Cóoooomo???” —le dije. “¿Y ésto no podía esperar al lunes en la mañana?”. “Pues sí” —dijo él.
Lo que vino de ahí en adelante fue llamadas por teléfono, mensajes de WhatsApp y emails a todas horas del día. Aterrador (más allá de estar un sábado en la noche empiyamado debajo de las cobijas).
Ella es una persona “sin límites” —en un sentido negativo— y mi esposo tuvo que aprender a manejarlo. Cualquiera se sentiría mal porque lo normal es querer contestar, dar gusto, sobre todo cuando se trata de una persona a quien se aprecia o admira.
En este caso no tener límites le ocasiona a ella toda clase de problemas de salud, conflictos laborales, comportamientos irrespetuosos con otros colegas quienes se quejan de ella al punto de negarse a pertenecer a su equipo, compromisos desatendidos y un constante sentimiento de agobio.
El menosprecio con el que Olga trata su tiempo, es también el menosprecio con el que trata el tiempo de los demás. Y su lista de proyectos y tareas pendientes lo refleja.
Cuando no se sabe cómo poner límites la lista de tareas es cada vez más y más larga y por lo tanto, el tiempo nunca alcanza.
No es un tema de ser más eficiente o hacer las cosas más rápido. Es un tema de tu mentalidad sobre quién eres, hasta dónde vas, qué sí va y qué no va en tu lista de tareas, cuáles son tus horarios, dónde está la separación entre tu tiempo laboral y tu tiempo personal, etc.
Por eso en este video hablamos del tema límites en lo que respecta a la administración consciente de tu tiempo.
¿Sabes cómo poner límites para que te alcance el tiempo?
Aprenderás
– El principio clave para perder el miedo a poner límites.
– Los tres tipos de límites que acortarán tu lista de tareas.
– Cuatro pasos concretos para comenzar a poner límites fácilmente, aún si te cuesta horrores.
Epílogo
Mi esposo tuvo que extremar sus límites con Olga ya que ella en particular es un caso extremo. Ella se sigue quejando… y él ya sabe que sus quejas requieren límites firmes.
Ahora es tu turno…
➀ Crea una visión de vida ideal escribiéndola en prosa, dibujándola o con recortes de revistas.
➁ Elige un límite que no te atreves a poner o que te cuesta.
➂ Usa tu diario, libreta o cuaderno favorito para escribir, procesar y soltar pensamientos alrededor de ese límite. Por ejemplo: “No puedo…” “Me van a regañar si…” “La gente va a pensar que soy…”.
Usa las preguntas de Byron Katie para cuestionar estos pensamientos:
¿Es cierto?
¿Es realmente cierto?
¿Cómo te hace sentir ese pensamiento?
¿Quién serías si no tuvieras ese pensamiento?
➃ Define una acción que tomarás esta semana para poner en práctica este límite.
➄ Una vez que domines éste, repite el ejercicio con el siguiente límite que quieras dominar.
Recursos mencionados en este video:
☛ LISTA DE ESPERA Haz Menos ⋆ Logra Más — Alcanza tus metas planeando tus días (Entrenamiento online)
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